¿SÁBIAS QUE?
El Palau del Lloctinent:
En el corazón de Barcelona, flanqueado por la imponente Catedral y el Barrio Gótico, se encuentra el Palau del Lloctinet, también conocido como Palacio del Lugarteniente, se erige como un testigo silencioso de la rica historia de la ciudad. Construido en 1557 por orden del emperador Carlos V, este edificio de estilo gótico-renacentista fue concebido como residencia oficial del virrey de la Corona Española en Cataluña, aunque nunca llegó a ser ocupado por este alto cargo. También ha sido sede de la Inquisición, y desde 1836 a 1993 fue la sede del Archivo de la Corona de Aragón.
Al recorrer la fachada del Palau, en la calle de los Comtes, varias figuras llaman poderosamente la atención debido a sus poses explícitamente sexuales. La leyenda cuenta que estas esculturas fueron encargadas por el rey Carlos I para provocar al obispo, con quien mantenía una disputa, ya que en esa época la puerta principal de la catedral se encontraba en esa misma calle, frente a la fachada del Palau de Lloctinent. Sea cierta o no la anécdota, las figuras representan un desafío a la moral de la época.
Si prestamos atención en esa misma fachada podremos observar piedras con inscripciones hebreas, provenientes de un cementerio judío que se encontraba en Montjuic (monte judío como su nombre indica). Estas piedras son realmente lapidas, que fueron utilizadas para la construcción del Palau de lloctinent. Después de la masacre que tuvo lugar en 1391 y que supuso la desaparición del barrio judío, más de 300 personas murieron y los judíos que decidieron quedarse se convirtieron al cristianismo. Según se cree esas lápidas se usaron como pago de deudas que la comunidad judía había adquirido. Donde mejor se aprecian es en la pared que da a la plaza de Sant Lu, en una calle lateral de la catedral, cerca de la escalinata. En una de las lápidas se alcanza a distinguir las palabras en hebreo de duelo y lamento.
Las lápidas del Palau Lloctinent son un recordatorio de la intolerancia y la discriminación que han sufrido las minorías a lo largo de la historia. Son un testimonio de la violencia que se ejerció contra la comunidad judía durante la Edad Media, y nos invitan a reflexionar sobre la importancia de la tolerancia y el respeto a la diversidad.